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martes, 31 de diciembre de 2013

MARY´S LAND

TIERRA DE MARÍA by JUAN MANUEL COTELO


Una gran película de Cotelo, que nos enfrenta al misterio de las apariciones Marianas, sin dejar en el tintero ninguna de las preguntas, dudas y susceptibilidades que, tanto los católicos como los ateos, podemos plantearnos ante estos sorprendentes acontecimientos. ¿Ficción, fanatismo, manipulación?, o por el contrario, ¿y si fuese cierto?, ¿si los testimonios y mensajes fuesen verdad? ¿Lo has pensado alguna vez?.


Como es característico en las películas de Cotelo, el hilo conductor está cargado de un gran sentido del humor que, sin descafeinar la intensidad de su contenido, hace que la película sea más liviana en su desarrollo, a pesar de la crudeza de los testimonios, absolutamente reales, que se nos presentan.  Cuando yo fui a verla, uno de los pocos días que estuvo en cartelera en Bilbao, no pude dejar de fijarme en cómo a varias personas del público se les escapaba, más de una vez, alguna que otra lágrima.

Es, en definitiva, una película para el hombre y la mujer de hoy, moderno, "libre", que trabaja, consume, triunfa o fracasa, pero siempre, siempre, vive insatisfecho, consumiendo sus días y sus años como si no tuvieran sentido. Un film apropiado para el ser humano de este siglo, relativista y materialista, que ya no cree ni tiene fe simplemente porque sí, por mera tradición familiar o rutina social, sino que se rebela ante lo impuesto, hace preguntas y, sobre todo, exige respuestas coherentes y convincentes. Esta película no te da la solución pero sí te expone todas las luces y sombras del problema sin miedo a los interrogantes.

Merece francamente la pena verla, y, después, tú mismo tendrás que sacar tus propias conclusiones. Si decides verla, ten presente que tu actitud es importante. Te interpelará y te puede dejar indiferente (no lo creo) o cambiarte la vida para siempre. ¿te gustan los retos y no temes enfrentarte a ti mismo?. Pues trata de verla, nada tienes que perder.


"D. Juan Manuel Cotelo Onate, ha desarrollado su carrera en el mundo de la comunicación audiovisual, trabajando en cine, publicidad, videoclips y producciones para televisión. Ha sido actor en películas como Torremolinos 73 (2004), de Pablo Berger; y en series de televisión como Compañeros (1998–2002), Javier ya no vive solo (2002), 7 vidas (2001–2004), Hospital Central (2005) y El comisario (2006). En 2007 ha dirigido los cortometrajes "Esto no es una ONG" y "Corto descafeinado", junto a Antonio Esteve, Alexis Martínez y Jorge García.
 

 Su trabajo más destacado en el ámbito del cine espiritual es sin duda el largometraje documental “La última cima”, basado en la vida de Pablo Domínguez Prieto, sacerdote madrileño que falleció en febrero de 2009 en un accidente al descender la cima del Moncayo. Con esta película ha cosechado numerosos premios y un gran éxito de crítica y público sin precedentes en nuestro país."

viernes, 20 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO.-.ZORIONAK ETA URTE BERRI ON


Un año más nos han pillado, esta vez en plena crisis, las fiestas navideñas o familiares, como gusta denominar a quienes no creen en el motivo religiosa que las justifica y, en consecuencia, debiera impregnar su sentido. 

Pero no es así, la progresiva oscilación de nuestro Estado hacia un cierto y oculto laicismo, unido a las exigencias de un capitalismo y materialismo atroz y militante que nos impregna y ve en la Iglesia y en el Misterio de la Natividad un frontal enemigo de sus oscuros propósitos, ha hecho que año tras años vayan desapareciendo de las decoraciones urbanas, anuncios publicitarios etc, toda referencia al Nacimiento de Cristo, sustituyéndolo por un Papa Noel y muchos abetos, acebo, renos y plantas rojas, inventado por la multinacional Cocacola para incrementar sus ventas.



¿Alguién se ha parado a pensar que no se puede celebrar desde la opulencia y el consumismo el nacimiento de un Cristo en, casi, la indigencia de un pesebre  que acabará después asesinado en una cruz por defender el amor al enemigo, el perdón y nuestra obligación con los necesitados?

Una Navidad no puede, no debe ser una fiesta familiar cerrada en sí misma, embriagada de lujos, regalos y lucecitas y ajena a lo que ocurre a su alrededor; a los indigentes, parados, a los emigrantes, a quienes llegan en pateras medio muertos y los ojos muy abiertos como la luna llena en plena noche.



La publicidad nos ha vendido una imagen nada evangélica de la Navidad, pero falsamente idílica, con imágenes de familias felices y acomodadas sin problemas de ningún tipo, frente a una agradable chimenea encendida, con perro incluido, y que brindan, se perfuman y se obsequian con los productos de alto lujo en el mercado.

Pero, todos lo sabemos, la realidad es otra. En estas fechas, en las que las familias se reunen, se incrementan las agresiones y denuncias en los Juzgados de Guardia.


Estamos tan inmersos en una dinámica de confort que nuestras madres y esposas se vuelven locas a la hora de diseñar un menú especial que corresponda con lo que se celebra, porque lo que hace unos años eran artículos "de lujo" reservados para estas fechas ahora se consumen con normalidad durante todo el año; langostinos, ibéricos, Cava, marisco, tartas, etc.


Aún recuerdo, con cierta nostalgia, aquellas navidades infantiles de televisión de dos canales en blanco y negro.


En el canal 1 la Misa del Papa y en el UHF Montserrat Caballé cantando villancicos con algún coro.

En la Mesa se trataban de colocar con el mayor gusto posible y la mejor vajilla, las bandejas con sandwiches los mejillones con tomate (tigres), la sopa de pescado o consomé, la ensaladilla rusa, el plato de ibéricos, al que nos lanzábamos como saetas tras la bendición de la mesa,  y el plato de jibiones o cordero (En definitiva, un poco de todo aunque solo llegue para saborearlo, conscientes de que la barriga se llena siempre antes que el ojo".


Hoy, sin embargo, hartos y aburridos de todo, se busca la sofisticación, los productos más exclusivos, pero las familias ya no se reunen en su totalidad (no es práctico y se molesta) o hay demasiados vacíos y ausencias en la mesa que por irrempazables nos atenazan el alma, a pesar de la alegría que siempre dan los pequeños con sus ocurrencias e ilusión. 

También es frecuente y doloroso ver a altas horas de la madrugada ese trasiego de ancianos a los que meten y sacan de las Residencias como a paquetes, tratando, más bien, de acallar la propia conciencia, que de obsequiar al anciano como se merece. Tan solo hay que fijarse en la mirada de compromiso de unos y la expresión  triste y nostálgica de los otros, que siempre lo perdonan todo y lo justifican.
Por la calle, en el trabajo, por las redes sociales, etc, todos nos felicitamos mecánicamente y nos deseamos lo mejor, los unos a los otros, casi sin mirarnos a la cara, para no tener que pararnos y dar conversación o escucharla. Recurrimos, con una falsa y forzada sonrisa a la manida coletilla del "Feliz Navidad, igualmente" y aceleramos el paso con las manos cargadas de bolsas por las que asoman los rollos de papel de regalo comprados a última hora en algún bazar chino de los que nunca cierran.

Cierto es que quienes más las disfrutan son los niños,  quizás por eso si no nos hacemos como ellos no entraremos en el Reino de los Cielos.


¿Y para los estudiantes y adultos?. Nuestro país parece hundirse y la desesperanza se ha extendido como una mancha de petroleo en el mar, por mucho que algunos se empeñasen en presentárnosla como "hilillos de plastilina" o nos dijeran, en su día, que nuestra economía estaba en la "Champion line" y  se veían brotes verdes.



Los jubilados ven mermarse, aún más, su ya escaso poder adquisitivo, a la vez que suben los impuestos, la luz, los rescates bancarios etc. Sí, esos impuestos que prometieron en campaña no subirnos.
 

Además, el paro, como una bandada de buitres hambrientos, planea sobre nuestras cabezas y ya hay muy pocas familias en las que alguno de sus miembros no lo sufra. En muchas, incluso, todos.  Gracias, no obstante, a Cáritas, Banco de Alimentos, Comedores de franciscanos, Damas apostólicas, voluntarios, y ONGs, etc, no han muerto de hambre sin que el Estado haya tratado de "rescatarlos", como a los Bancos que luego les desahucian, sin ninguna piedad, en pleno invierno.


Las cifras de parados, de ancianos en abandono, de niños en la antesala de la pobreza más severa y la desnutrición, el maltrato a la mujer, la violencia doméstica, la violencia juvenil en el hogar, el consumo de drogas y alcohol, los fracasos matrimoniales, la destrucción de la naturaleza, la agresividad generalizada, etc,  son cada vez más aterradoras e incluso apocalípticas si las ponemos en contacto con los conflictos bélicos del Este (a quienes, por cierto, exportamos nuestras armas y no nuestros tractores), las hambrunas, desastres naturales, contaminaciones nucleares, explotación infantil y humana, Pederastias, Tráfico de personas y órganos, corrupción política y financiera, escasez de agua a nivel mundial, la contanimación alimenticia, los ocultos intereses de las multinacionales farmacéuticas y sus relaciones de fuerza con el Poder, etc. 



Ante este panorama tan dantesco, me pregunto, ¿tiene sentido celebrar la Navidad?. Desde el lado humano creo que no, que es una hipocresía consumista en la que, de hecho, se disparan las visitas a los psiquiatras y el consumo de ansiolíticos para poder aguantarlas. Cada vez se oye más a la gente de cierta edad decir que detesta estas fiestas, que le arrugan el alma y les deprimen. Quizás, porque comparamos nuestra realidad personal y familiar con la visión ficticia y publicitaria que nos ofrecen y ante el desasosiego que nos produce tan brutal contraste, preferiríamos pasarlas dormidos para que se acaben cuanto antes mejor. !Cuántas personas, antes de ir a cenar en familia, se "entonan" suficientemente en los bares próximos,  como antídoto mágico  para prepararse a el sacrificio.



Pero desde una visión mística o espiritual, tengo que responderme "rotundamente que sí", que merece la pena porque celebramos, nada menos, que  la venida del Mesías que se encarna en nuestro cuerpo mortal y sufriente para acompañarnos en la historia del mundo y de nuestras vidas, la individual de cada uno, mendigo o príncipe. Nos nace un Salvador que nos propone la buena nueva de nuestra condición de Hijos de Dios y nos anima a ser felices y libres, a romper con la imposición y cadenas de los poderes ocultos y de las multinacionales, a quienes servimos como esclavos, nos incita a denunciar a los tiranos, los políticos corruptos y embusteros, los explotadores sin escrúpulos que lucen elegantes trajes pero cogen la copa de Champagne con las manos manchadas de sangre de inocentes  y, de esta manera, nos ofrece un cambio radical y más justo del hombre y del mundo.



Desde este convencimiento, y desde el deseo de que no os dejéis arrastrar por la corriente y el ritmo que nos marcan quienes nos manejan como a simples marionetas, os deseo a todos y todas, a los que me queréis, a los que no, a los que me echáis en falta, a los que ya me olvidasteis, a los que me aguantáis diariamente y a los que me rehuí al verme a lo lejos;

FELIZ NAVIDAD, FELIZ, AUSTERA Y SOLIDARIA NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO QUE COLME VUESTROS DESEOS, OS LLENE DE BENDICIONES Y OS TRAIGA, DE MANO DE SANTA MARÍA, LA PAZ.

Y recordad que se puede ser muy feliz y celebrar las fiestas con alegría desde la serena austeridad y la paz del corazón




ZORIONAK ETA URTE BERRI ON !!!!





Que usted lo pase bien !!