ATHLETIC DE BILBAO - SAN MAMES BARRIA

EL NUEVO SAN MAMES

http://www.athletic-club.net/

 

Aunque las obras del emblemático y nuevo San Mamés sigan sin descanso removiendo tierra y elevando vigas de acero de forma imparable, burlándose con ello  de la cacareada crisis financiera y de las alegadas limitaciones presupuestarias; lo cierto es que la leal, incombustible y sufriente afición no ha omitido nunca su obligada cita a la "Catedral" cada vez que ha jugado el Athletic, aunque sea en un medio estadio, con aspecto a ruina de la II Guerra Mundial, y bajo una molesta lluvia de otoño. El Athletic es, ante todo, fiesta y hay que disfrutarla cueste lo que cueste, llueva, truene o haga calor.

 

Aquí os dejo el aspecto que actualmente tienen las obras

 

Pero cuando se habla de futbol hay que dejar a priori los argumentos y razones, por muy fundados que estos sean, fuera de la conversación si no queremos que la reunión termine como el "rosario de la aurora" y se sustituya por una incontrolable y agresiva violencia verbal. Aceptémoslo entran en juego los sentimientos, los himnos, los símbolos e identidades y estos, por su propia naturaleza, suelen ser irracionales, tribales y, por ello, irrenunciables y, hasta, hereditarios.

 

En Bilbao, todos lo sabemos, San Mamés es mucho San Mamés y lo que ahora interesa, cueste lo que cueste, "que para eso somos de Bilbao", es conseguir el campo de futbol más moderno, cómodo, atractivo, impresionante  y vistoso aunque, por desgracia, sea, en demasiadas ocasiones,  demasiada "catedral"  para tan pobre y aburrida ceremonia de "monaguillos" excesivamente bien pagados.

 El nuevo campo, la nueva catedral del futbol

 Yo, para mi desgracia, no soy nada aficionado al deporte, en general, ni al futbol, en particular, y no lo digo ni con orgullo, ni soberbia, ni con aires de pseudo intelectualidad, ínfulas de superioridad o el esnobismo trasnochado de querer dar la nota. Hoy el futbol gusta a intelectuales, artistas, músicos, escritores, y trabajadores y trabajadoras de cualquier ramo y nivel jerárquico por igual. No es esta la cuestión.

Pero a mí, sintiéndolo mucho y hasta pidiendo perdón por ello si fuese preciso, no me gusta. Y no me gusta porque, simplemente, no me gusta ver a unos hombres en calzoncillos siguiendo a una pelota rodeados de una muchedumbre que enfervorizada les grita, alaba o insulta a voz en cuello y, a veces, como eficaz previsión con un desfibrilador preparado por el Club para evitar desgracias. Quizás soy de los que opina que de pagar por ver unas piernas, lo haría, sin duda, para ver las largas, finas y esculturales piernas de las "vedettes" y demás "monumentos" de la escena teatral. Será que estoy anticuado y con aires de Bohemia. No lo niego ni trato de justificarme. Uno es uno y sus circunstancias.

 

 

Y este parecer, no se crean que es fácil ni cómodo. Me supone, por ejemplo, tener que soportar las aburridas entrevistas diarias a futbolistas y entrenadores que nunca dicen nada y repiten diariamente en todos los telediarios como si lo que fuesen a decir, balbuceando monosílabos y rodeados de publicidad, fuese vital para el país, la economía o la cultura.

Me supone, además, tener que soportar colas en el automóvil cada vez que hay partido, cambios improvisados de dirección, empujones, pisar vasos de plástico y botellines rotos, burlar las terrazas de los bares que, como los colonos judíos, han ido ganando terreno "de facto" y se extienden ya por todas las aceras, abarrotadas de chillones consumidores de cerveza que se apelmazan, en espontánea camaradería, frente a un gigantesco televisor que los dueños de los bares ponen, literalmente, y en contra de toda norma, "a tope de volumen" y en la mismísima calle.

,

Pero si hay partido en San Mames, !Todo vale !. Todo, menos par mí, que me obliga a no poder entrar en el garaje, sufrir todo lo que ya he comentado y no poder tener una conversación con casi nadie, los días siguientes a un partido, cuando los "espontáneos críticos", monopolizan la palabra y analizan y juzgan dogmática e inflexiblemente cada una de las jugadas. !! Está claro que sobran entrenadores, críticos y directivos y faltan jugadores !!

 

Lo que siempre me ha llamado la atención, y perdonen si meto el dedo en el ojo, es la tendencia que se ha generalizado entre los aficionados al futbol de "disfrazarse de jugadores" de su equipo, llegando incluso al esperpento personal, más propio de un cómic "underground" que de un espectáculo deportivo.

 

 

Podríamos decir que se trata de un fenómeno sociológico grupal e identitario, que al popularizarse y generalizarse hasta donde hemos llegado, a todo el mundo le parece de lo más normal, natural y loable.

 

Pero se imaginan qué opinarían estos mismos forofos deportivos si los aficionados a otro tipo de eventos adoptásemos, por imitación, su mismo criterio y, por ejemplo, fuésemos a la ópera vestidos de Don Giovanni, de Tartufo, del Gran Dux en Simón Bocanegra o de la enfermiza Mimí en la Boheme.

 

¿quién se viste de Montserrat Caballé o de Plácido Domingo como el Dux de Venecia?

Bueno, por hoy es bastante y no quiero abrir una polémica estéril y que sé voy a perder de antemano. Pero si un día me ven vestido de don Giovanni camino del Euskalduna, entiendan, por favor, que ya he perdido totalmente la cabeza y !!Sean indulgentes!!

 

Que a usted le vaya bien,... jejeje!!
Y, en cualquier caso, !!Alirón, alirón el Athletic campeón !!