Detrás de cada uno de estos candados hay toda una historia de amor. ¿Pero tan firme como pretendían sellar con este gesto sus protagonistas?. El tiempo lo dirá. Me viene a la memoria el poema de Gustavo Adolfo Bécquer cuando se cuestionaba;
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida
Me quedo alucina con esos candados!!
ResponderEliminarEs tuya la primera foto? Muy buena
Desde luego kilos de chatarra.
Somos animales consumistas...viajar y consumir...comprar articulos horteras ...
En fin comprar hasta candados.
No no es suficiente disfrutar de los viajes y quedarnos con el recuerdo.tenemos que llevarnos la ciudad aunque sea en un plastiquito y tambien tenemos que dejar nuestra presencia en la ciudad...que quede algo de nosotros alli...si puede ser para siempre mejor...
En fin....
Si, la fotografía es una de mis aficiones y nunca viajo sin mi vieja cámara. Respecto a lo otro tienes razón. Somos incapaces de viajar como meros espectadores y siempre tratamos de llevarnos "el alma de la ciudad" en unos descafeinados souvenirs hechos en china y que luego no hay dónde colocarlos con un poco de dignidad. Quien mejor expresó este sentimiento de no dejar huella en los monumentos visitados fue, en mi opinión, G.A. Bécquer cuando al visitar las ruinas de un Monasterio dijo; " En nombre de los poetas y los artistas, en nombre de los que sueñan y de los que estudian, se prohíbe a la civilización que toque a uno solo de estos ladrillos con su mano demoledora y prosaica". La moda de "los candados" la puso una película pastelona que por el efecto imitación se ha extendido por todo el mundo. Así somos.
ResponderEliminarEn roma empezo la moda por "vacaciones en Roma"....la globalizacion de los candados....
ResponderEliminarEs verdad, Roma sigue marcando "tendencias...."
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ResponderEliminarDesde que las cámaras de fotos pueden ser pequeñitas, de los viajes me traigo imágenes. Los colores, sabores y colores cada vez son más "internacionales" (al menos en el primer mundo).
ResponderEliminarLa foto de los candados la tengo yo muy parecida, salió el sol un ratito para que pudiera capturar su brillante imagen, como si fueran de oro o de pirita.
Últimamente de las ciudades me traigo las imágenes de las placas conmemorativas ( de escritor@s, músic@s, libros...)
No dejé ningún candado de esos de jurar "amor eterno" porque ni el amor, ni la vida son eternos en las personas de verdad. Otra cosa son los personajes de las novelas o de las óperas. JM
Cuando el amor se olvida no va ninguna parte...
Querido amigo; Sí es cierto que fotografiar monumentos ya tiene poco sentido porque todo está fotografiado. Yo trato de buscar ángulos extraños, imágenes curiosas, perspectivas imposibles porque creo que hay arte en todas partes, porque el arte lo llevamos dentro y nosotros lo proyectamos con la cámara, con el pincel o con un piano. Respecto a lo de la eternidad, no estoy totalmente de acuerdo contigo. Sí creo que hay vida eterna y amor eterno. Lo que ocurre, compañero, es que como dice el poeta " el amor más duradero es el amor no correspondido". Muchas gracias por tu valiosa aportación y tu amabilidad de dejar un comentario. Un abrazo
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