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miércoles, 7 de agosto de 2013

SUS OJOS SE CERRARON

Ayer fui al cementerio a rezar por mi padre a quien cada día extraño más. Hay veces que las palabras no nos sirven. Los silencios son, entonces, imprescindibles para poder expresar nuestros sentimientos más íntimos y profundos. En estos casos, en los que el corazón se me arruga por esas "ausencias"  que vamos arrastrando a lo largo de la vida y se nos clavan en el estómago y en el alma como un puñal de acero, siempre recurro al piano, casi como una sonámbula sombra, a tocar este tango de Gardel tan absolutamente estremecedor. Hoy lo comparto cantado por el "zorzal criollo" y se lo dedico a todos los que han perdido un trozo de su corazón.

6 comentarios:

  1. Son Duras las ausencias.....
    Pero no hay que permanecer demasiado en ellas. Los duelos tienen su tiempo y es así.
    El tiempo hace poco a poco ir recordando con otro sentimiento mas esperanzador al ausente que a la vez lo vamos sintiendo más presente.

    Seguro que tienes además de esa ausencia, una presencia que te acompaña por este valle de lágrimas.chao

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  2. Alfonso algo de música maestro!!
    Animación!!!

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  3. Tenéis toda la razón. Estas "ausencias" son solo temporales y en breve nos espera un Padre misericordioso y lleno de amor que nos recogerá con sus grandes brazos abiertos. Lo que ocurre es que si hasta Cristo lloró por Lázaro ¿cómo no lo vamos a hacer nosotros en esas horas negras que a veces nos rondan. Pero gracias a la fe, a los cuidados de Santa María y a la presencia real y palpable de Cristo en la Eucaristía podemos levantarnos y mirar al futuro con esperanza. Mi, antiguo compañero de trabajo, el poeta Kepa Murua dice en uno de sus poemas; "Y si alguno de vosotros llora, decidle que si es triste el recuerdo, la vida mereció la pena".

    Además, mi padre, no era amigo de duelos excesivos, así que no voy ahora a defraudarle. Os prometo en mi futura entrada un cuplé "de escándalo".

    Mil gracias por vuestros comentarios que rezuman delicadeza, comprensión y cariño.

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  4. Al leerle se me saltaron las lágrimas.
    Sólo tengo ahora SILENCIO.

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  5. Gracias Jeanie, el silencio, muchas veces, es el más desesperado de los gritos. El silencio es muy fecundo, quizás, porque "Dios habla al corazón sin ruido de palabras" o porque el silencio es la más elegante forma de expresar respeto. Un fuerte abrazo y un millón de gracias por tus comentarios.

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