Unos hermanos preguntaron al abad Agatón: «Padre, ¿cuál es la virtud que exige más esfuerzo en la vida religiosa?». El les respondió: «Perdonadme, pero estimo que nada exige tanto trabajo como el orar a Dios. Si el hombre quiere orar a su Dios, los demonios, sus enemigos, se apresurarán a interrumpir su oración, pues saben muy bien que nada les hace tanto daño como la oración que sube hacia Dios. En cualquier otro trabajo que emprenda el hombre en la vida religiosa, por mucho esfuerzo y paciencia que dicho trabajo exija, tendrá y logrará algún descanso. La oración exige un penoso y duro combare hasta el último suspiro».
"En soledad vivía
y en soledad ha puesto ya su nido
y en soledad le guía
a solas su querido,
también de soledad de amor herido.
San Juan de la Cruz
El mundo le dice al monje: - "estás loco, dejas todo por nada. Y el monje le responde al mundo: -"no, no estoy loco, dejo lo que es -nada- para tenerlo Todo".
"Poco deja quien todo lo deja, pues solo deja lo que ha de dejar, quiera o no quiera"
San Rafael, Monje Trapense.
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